viernes, 12 de febrero de 2010

Por Rodrigo González Martín. Con motivo de la exposición HOMENAJE LITERARIO, en Segovia, Junio de 2009

El Adelantado, 27 de junio de 2009
Sorprende la determinación con que trabaja Inmaculada Cuesta en su obra pictórica a pesar de su formación autodidacta y del poco tiempo de su actividad. Su pintura integra una referencia abstracta de tradición postcubista, muy constructiva, con pigmentos sólidos y una pincelada muy compacta, en la que los colores intensos presiden las composiciones vivas, contrastadas y muy sugerentes. Sobre estas composiciones bien estructuradas deja correr el color que se licua provocando ensoñaciones y superposiciones sutiles, repletas de matices y sugerencias poéticas. Su abstracción adquiere así un cierto tono gestual y lírico, a la vez. A esta composición de manchas cromáticas Inmaculada Cuesta suma papeles variados creando collages con empastes y superposiciones en los que acumula sin violencias texturas y emociones muy agradecidas. Especialmente interesantes son los collages de pequeños formatos en los que el papel vegetal y los colores primarios se funden originando fantasías mínimas pero intensas. En estas obras Cuesta deja volar su oficio y su imaginación creando una pintura libre y relajante, feliz y alegre. Colores y texturas se alían para crear un canto a la vida lejos de dramatismos y de convulsiones extremas.A la par Inmaculada Cuesta desarrolla su obra en un estilo más descriptivo y referencial, que, sin abandonar el gesto ni el color de la abstracción, lo proyecta de forma muy metódica a crear un peculiar y rico diálogo con distintos poetas de su interés. De ahí el título de esta exposición en la Sala del Casino de la Unión de Segovia, "Homenaje literario". Aumentan los tamaños de las obras, algunos realmente exigentes, se refuerza el grafismo al servicio de un tono más ilustrativo, el color sigue construyendo las composiciones y las figuras, y aparece un cierto sentido amable, incluso irónico de las imágenes para humanizar el peso de los textos con los que dialoga.En la exposición del Casino Inmaculada Cuesta nos ofrece cinco obras de la Serie Quijote de 2007, sobre los personajes cervantinos D. Quijote, Dulcinea, Rocinante, Sancho y Rucio. En todos aparece la ironía, la ternura, la gracia y la sabiduría propias de los personajes manchegos. Pero también una relectura de los conceptos de libertad y de viaje existencial que nos descubriera Luís Rosales en su ensayo sobre el Quijote. En la pintura de Cuesta se asume la tentación y el reto de interpretar una vez más a los personajes universales de Cervantes desde una plástica colorista, gestual e ilustrativa.De nuevo el diálogo entre la pintura y la literatura se hace fecundo. La interpretación ahonda el problema de la recepción de una obra y de repensarla desde una actualidad personal.La exposición se completa con un diálogo mayor con los poetas andaluces Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado. Sobre Juan Ramón se exponen dos composiciones collages basadas en fotografías proyectadas en el papel y después coloreadas, una basada en el libro Diario de un poeta recién casado y otra una libre composición con imágenes en el Metro y en la Feria del Libro. Junto a un retrato de Juan Ramón esta serie viene a ser un homenaje al poeta de Moguer desde la plástica personal de I. Cuesta.Se recuerda a Antonio Machado y a Leonor en otro collage que desarrolla una conocida fotografía de 1909 en Soria. Junto a su labor de retratista, Inmaculada Cuesta ha encontrado un espacio de diálogo entre la pintura y la palabra, entre el color y la rima, que comparten el aliento poético, tan universal y tan abstracto, que suponemos va a centrar la creación inmediata de la pintora.
Rodrigo González Martín. Prof. de Creatividad PublicitariaFacultad de CC. Sociales, Jurídicas y de la ComunicaciónUniversidad de Valladolid(Segovia)Segovia, Junio de 2009